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El estrés postraumático es un trastorno que puede afectar a personas que han experimentado eventos traumáticos significativos en sus vidas. Estos eventos pueden incluir situaciones de guerra, abuso físico o sexual, desastres naturales, accidentes graves o cualquier otro evento que haya puesto su vida o integridad en riesgo.

Exploraremos en qué consiste el estrés postraumático, sus síntomas, cómo se diagnostica y las formas en que se puede prevenir y manejar.


¿Qué es el estrés postraumático?

El estrés postraumático (PTSD, por sus siglas en inglés) es un trastorno que puede desarrollarse después de haber presenciado o experimentado un evento traumático. Puede afectar tanto a adultos como a niños, y los síntomas pueden aparecer poco después del evento traumático o pueden tardar semanas o incluso meses en manifestarse. Algunas de las situaciones que pueden provocar PTSD incluyen violencia, abuso, desastres naturales, accidentes automovilísticos o militares, entre otros.


Síntomas del estrés postraumático:

El estrés postraumático se caracteriza por una serie de síntomas emocionales, cognitivos y físicos. Los síntomas más comunes incluyen: Recuerdos intrusivos y flashbacks del evento traumático. Pesadillas y dificultades para conciliar el sueño. Sentimientos de ansiedad y miedo intenso. Hipervigilancia y respuestas exageradas de sobresalto. Evitación de personas, lugares o situaciones que recuerden el trauma. Cambios en el estado de ánimo, como irritabilidad, enojo o tristeza profunda. Dificultades para concentrarse y problemas de memoria. Sentimientos de culpa, vergüenza o falta de autoestima.


Diagnóstico y tratamiento:

El diagnóstico del trastorno de estrés postraumático se basa en los criterios establecidos por el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5). Si crees que podrías estar experimentando PTSD, es importante buscar ayuda profesional de un psicólogo o psiquiatra. El tratamiento puede incluir terapia cognitivo-conductual (TCC), terapia de exposición, terapia de desensibilización y reprocesamiento por movimientos oculares (EMDR, por sus siglas en inglés) y, en algunos casos, medicación.


Prevención y manejo del estrés postraumático:

Aunque no siempre es posible prevenir completamente el estrés postraumático después de un evento traumático, existen algunas medidas que pueden ayudar a reducir su impacto y facilitar el proceso de recuperación.

Aquí hay algunas recomendaciones breves:

Buscar apoyo: No enfrentes el trauma solo/a.

Busca apoyo de amigos, familiares y profesionales de la salud mental que puedan ayudarte a procesar tus emociones.

Mantener una rutina saludable: Establecer una rutina diaria que incluya ejercicio regular, una alimentación balanceada y horas adecuadas de sueño puede ayudar a fortalecer tu bienestar emocional.

Evitar el consumo excesivo de alcohol y drogas: El abuso de sustancias puede empeorar los síntomas del PTSD y dificultar la recuperación.

Busca alternativas saludables para lidiar con el estrés.

Practicar técnicas de relajación: La meditación, la respiración profunda y otras técnicas de relajación pueden ayudar a reducir la ansiedad y promover la calma.

Conocer tus desencadenantes: Identificar las situaciones o estímulos que desencadenan tus síntomas de estrés postraumático puede ayudarte a prepararte y a desarrollar estrategias para manejarlos de manera efectiva. El estrés postraumático es un trastorno de salud mental serio que puede afectar profundamente la calidad de vida de quienes lo experimentan.

Es importante comprender que el camino hacia la sanación puede ser largo, pero hay esperanza y ayuda disponible. Si crees que puedes estar lidiando con el estrés postraumático, no dudes en buscar apoyo profesional. Recuerda que cada individuo es único y lo que funciona para una persona puede no funcionar para otra, por lo que es esencial encontrar las estrategias de afrontamiento que mejor se adapten a tus necesidades. La recuperación es posible, y cada paso hacia adelante es un paso hacia la sanación.

Dr Octavio Gascon Especialista en salud mental y psicoterapia cognitiva

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